Esta receta ofrece un contraste de sabores dulce y salado que complementa perfectamente la intensidad de la morcilla.
Ingredientes:
- 1 morcilla de arroz (unos 300 g).
- 1 rulo de queso de cabra pequeño (unos 180 g).
- 1 cebolla grande.
- 4 rebanadas de pan rústico.
- 1 cucharada de azúcar moreno.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Sal.
Preparación:
- Caramelizar la cebolla: Pela y corta la cebolla en juliana fina. Pon a calentar un par de cucharadas de aceite de oliva en una sartén a fuego bajo. Añade la cebolla con una pizca de sal y cocínala muy lentamente durante unos 20-25 minutos, removiendo de vez en cuando, hasta que esté muy blanda y transparente. Añade el azúcar moreno, sube un poco el fuego y cocina durante 5 minutos más, removiendo hasta que coja un color dorado. Reserva.
- Preparar la morcilla: Retira la piel de la morcilla y córtala en rodajas de un centímetro y medio de grosor, aproximadamente.
- Cocinar la morcilla: En otra sartén con un poco de aceite de oliva, cocina las rodajas de morcilla a fuego medio-alto, vuelta y vuelta, hasta que estén doradas y ligeramente crujientes por fuera. Sácalas a un plato con papel absorbente para retirar el exceso de grasa.
- Montar los pinchos: Tuesta las rebanadas de pan hasta que estén doradas. Coloca sobre cada tostada una o dos rodajas de morcilla frita.
- Añadir el queso: Corta el rulo de queso de cabra en rodajas y coloca una sobre cada pincho de morcilla.
- Gratinar y servir: Con la ayuda de un soplete de cocina, gratina el queso hasta que empiece a derretirse y a dorarse. Si no tienes soplete, puedes darle un golpe de calor en el horno con el grill encendido durante un par de minutos. Cubre con una cucharadita de cebolla caramelizada y sirve inmediatamente.
Consejo:
Para una cebolla caramelizada más compleja, puedes añadir un chorrito de vino de Oporto o vinagre de Módena junto con el azúcar y dejar que reduzca por completo.